Ha pasado mucho tiempo. Demasiado. O tal vez no. Hay cosas que es mejor dejar reposar, dejar que siembren y crezcan con paciencia, para que se asienten bien sobre el terreno, profundicen sus raíces y puedan crecer fuertes y extender sus ramas en toda su capacidad. Sólo así pueden albergar cosas bellas, sólo así pueden reproducirse, y continuar creciendo, quedarse para siempre.
Este tiempo he ahondado en mis profundidades, y ahora es tiempo de dejar ir y de continuar, aligerar la carga de cosas que ya no sirven y crear aquellas que me llenan. Es un nuevo comienzo, un propósito, una Promesa conmigo misma. La Promesa de cuidarme y cuidar mi vena artística, pues no puedo ser sin ella. Sin exigencias, sin presiones (que ya bastantes tengo), pero con la pasión y el cariño que el arte me despierta, y el compromiso de no abandonarlo y darle más espacio.
Sea esta ilustración la muestra de mi Promesa.
Retrato en acuarela de Sheila Blanco, maravillosa cantante y aún mejor persona. La dulzura y la pasión hechas carne. Si no conocéis su trabajo, deberíais. Nunca deja indiferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario