Hace tiempo cayó en mi poder un cuadernito de hojas de cartulina negra. Por causas que no vienen al caso, terminó en un cajón.
La semana pasada lo redescubrí, y parecía mirarme con ojitos de cachorrillo abandonado. Así que no pude más que recogerlo, consolarlo acariciando su lomo suavemente, y comenzar a llenarlo de sentimientos, canciones y emociones.
Y así, nació mi primer dibujo rápido en cartulina negra. Un pequeño acercamiento de diez minutos a esta técnica que llevaba tiempo queriendo probar. Dentro de poco, ¡tendrá muchos hermanitos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario